
Homenaje a Julio Ramón Ribeyro

Lecturas: Poesía del siglo XX en el Perú

Jueves Literario 26.Marzo.09, Múnich
TRADUCCIÓN - Robert Walser
Del transcurrir del tiempo en la poesía suiza
El gran poeta helvético, Robert Walser, nació en Biel un 15 de abril de 1878 y murió un 25 de diciembre de 1956 en Herisau. Su actividad literaria fue intensa durante los años que mantuvo de lucidez, antes de ser internado en un manicomio. Sus relatos cortos llegan al millar, de los cuales casi cien están dedicados al tema amoroso. No fue si no hasta las celebraciones por el centenario de su natalicio, en 1978, que Robert Walser será por fin reconocido no sólo como uno de los autores suizos más significativos de su país, sino como uno de los más importantes escritores en lengua alemana del siglo XX. Como muestra de su obra lírica, van aquí dos poemas atravesados con la temática del tiempo, que fue, después de la del amor, una de sus grandes obsesiones.
Como siempre
La lámpara aún sigue ahí
la mesa también sigue ahí
y yo sigo en la habitación
y mi Anhelo, ah,
como siempre, aún suspira.
Cobardía, ¿sigues ahí?
y Mentira, ¿también tú?
escucho un lejano sí:
la infelicidad aún está ahí
y en la habitación hoy,
como siempre, estoy.
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Dejadez
Desde que me he abandonado al tiempo
siento vivir algo en mí, tibia, maravillosa tranquilidad.
Desde que bromeo sin parar con los días,
con las horas, se acoplan mis quejas.
Y he sido aliviado del lastre de mis culpas,
que me dañan, a través de una palabra no florecida:
tiempo es tiempo, que quiere trasnocharse,
que siempre me encuentra como obediente
ser humano, a mí, en el viejo sitio.
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Poemas tomados del libro
Die Gedichte (Hrsg. Robert Mächler), Zürich: Suhrkamp Verlag, 1984.
(Los poemas. Edición y prólogo de Robert Mächler)
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Múnich, 15. abril. 2008.
TRADUCCIÓN - Nezamí (Lit. persa, siglo XII)
LAILA Y MACHNÚN
Una de las más tratadas en canciones, poemas, relatos y versos épicos de los más diversos pueblos y círculos lingüísticos desde el Cáspico hasta el interior de África, desde el Atlántico hasta el Océano Índico, es la historia de amor de “Laila y Machnún”. Algunos estudiosos han considerado estrechos lazos con la historia de “Romeo y Julieta”. Lo cierto es que la materia prima se remonta al oeste de la península arábica, en el siglo VII aproximadamente; y hubiese quedado sólo en una historia de amor episódica y pobre, si no hubiese sido plasmada en los elevados versos del precioso poema épico escrito por el poeta persa Nezamí en el año 1189, compuesto de tres elementos esenciales de alcance universal: amor, locura y poesía.
La historia cuenta que un joven, llamado Qeis, conoce a una muchacha, llamada Laila. Ambos se enamoran apasionadamente. El padre de ella está en contra de un posible matrimonio entre ambos, justificado en el hecho de que Qeis ha deshonrado con sus poemas amorosos no sólo a Laila, sino a toda la familia. Laila, sin ser consultada, es cedida a otro hombre en matrimonio. Así, el amor de Qeis deviene locura, de ahí que lo llamen ‘machnun’ (loco). Su padre camina junto con él a la Meca en vano. Machnún deja hogar, padres y tribu. Vaga, solitario, desnudo y desorientado, por los cerros de Nadschd. Los ojos de las gacelas le recuerdan a su amada. Nadie puede ayudarlo ni detenerlo. Él no sabe ni habla de nada más que de Laila. Compone versos para ella todo el tiempo, que serán recolectados por algunas gentes hasta volverse así famosa su historia. En la más completa soledad y en la más íntima oscuridad Machnún muere.
Inmediatamente después de su aparición, gracias a los versos de Nezamí, la obra se tradujo al georgiano. Existen versiones del siglo XVII en italiano (Megnun e Laila) y alemán (Megnun-Layla). Actualmente son conocidas las pocas traducciones hechas del poema épico persa: apenas al turco y al ruso; y sólo parcialmente al inglés. En 1963 se tradujo al alemán, en prosa, para reeditarse en el año 2001 (Ver imagen: Editorial Unionsverlag, Zürich, 2001, 210 págs., con traducción del persa y estudio de Rudolf Gelpke; Islamista, especialista en mística persa). A continuación uno de los 55 capítulos que conforman dicha edición. Esta traducción distará mucho de otra más esperada - una directa del verso persa al español - aunque no deja de traslucir la trascendencia del cargado lirismo que emana del episodio.
Cap. 35
EL VELO Y EL ROSTRO
Luego de la muerte de su padre, el desierto se convirtió en refugio para Machnún. Atravesó inquietamente cañones con pendientes rocosas, que de otra manera nunca hubiesen sido visitadas por persona alguna. Y Machnún aparecía una vez aquí, otra vez por allá, cual hierba que crece desordenadamente en las montañas, como buscando un tesoro oculto. Pero esa tímida flor humana llevaba ya en su copa una pena mortal. Su nombre era Laila, el tesoro que él buscaba. La propia existencia de Machnún era sólo anhelo por ella. Día y noche ardía esa fogata en él. La nostalgia lo había sacado de su ciudad natal hacia innumerables laberintos. Tiempo más tarde, cuando una vez distinguiera a lo lejos las fogatas de un campamento, fue atraído hacia ellas, como una polilla nocturna a la luz, como si fueran señas secretas de la amada.
Así pues en su destierro reencontróse otra vez con los seres humanos. Todos lo conocían, o habían escuchado hablar de él, pues quién entre los árabes no lo reconocería ya en ese entonces. Cuando Machnún se vió en medio de ellos y mientras se dejaba fisgonear por los curiosos, notó de pronto a sus pies una hoja de papel, con la que el viento jugaba y sobre la que la mano de algún desconocido, en veneración a esa fidelidad suya, había escrito las palabras ‘Laila’ y ‘Machnún’. Nada más. Pero los dos nombres estaban ahí, muy juntos uno del otro, unidos lado a lado. Machnún cogió ávido aquel papel. Lo observó nuevamente con exactitud. Lo partió por la mitad en dos, arrugó la parte en que decía ‘Laila’ y la arrojó lejos, sin reparos. El trozo de papel con su propio nombre lo conservó.
Cuando la gente que lo rodeaba vio esto, se asombró mucho. Todos habrían esperado cualquier cosa, menos aquello. Por eso se fueron contra el poeta, lo llamaron y preguntaron:
“¿Qué significa esto ahora? Dinos por qué has hecho esto. ¡Cómo! Ambos érais uno ahí, y tú los has vuelto a separar. ¿Por qué, pues? ¿Cómo así?”
“Porque – contestó Machnún – un nombre es mejor que dos. Uno basta para los dos. Si vosotros supiéseis lo que es un amante, entonces sabríais también que basta que alguien lo rasgue a uno un poco en la piel para que por ahí brote hacia afuera la amada...”
Pero con esta explicación los oyentes no quedaron satisfechos.
“Bueno, – pensaron ellos – un solo nombre basta para ambos. Eso dices tú. Puede que así sea. ¿Pero por qué has arrojado el nombre de Laila y conservado el tuyo? ¿Por qué no al revés?”
“Porque uno ve la cáscara y no el núcleo – dió por respuesta Machnún – ¿No comprendéis esto? El nombre es la envoltura, y esa envoltura soy yo. Yo soy el velo y el rostro que hay debajo es ella...”
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Múnich, diciembre 2001
[Fragmento de: Huamanchumo, Ofelia (2001) “Análisis del motivo amoroso en Oriente y Occidente a la luz de Leila y Machnún (Nezamí) y Romeo y Julieta (Shakespeare)”, Seminario de Literatura Comparada, LMU: “Liebespaare in Orient und Okzident”, Dra Shamlu, WS 2001-2002.]
La cobertura artística del Parlamento alemán
Karl Valentin en el Isartor.
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Publicado en El Zeitung, Revista del Goethe-Institut Lima, N° 9, marzo 1996, pág. 23 |
A4 de literatura: Café con Letra N° 5
"Para negocio de poeta - y de poeta hispanoamericano - malo no estaba el del cultivo del café ". José Santos Chocano (Memorias)
En octubre no hay milagros, reza el título de una novela peruana. Sin embargo, las largas colas que he visto este mes en las embajadas de diferentes países en Lima parecen demostrar que miles de profesionales aún creen lo contrario, a saber, que los milagros de las becas para estudiar en el extranjero existen, por ejemplo. Si uno saca las cuentas del dinero que un estudiante acabado de graduar tiene que invertir en traducir papeles – para el caso de aspirar a un postgrado en una universidad de algún país de habla no hispana – o en sólo homologar títulos y pretítulos – por si postula a Chile, a México o a España –, en comprarse el pasaje de avión (normalmente no incluido en la beca) y en dejar un depósito monetario cuantioso en una cuenta nacional que asegure el regreso a casa, entonces uno se da con la sorpresa de que se necesitan un par de años de haber estado trabajando y ahorrando para siquiera pensar en postular a una beca. Pero ahí no queda el asunto. Y es que además del dinerillo hace falta una buena dosis de Vitamina C, es decir, de ‘Conections’; sin olvidar, claro está, en postular a la carrera adecuada, una que luego de acabada la beca “pueda brindar progreso y desarrollo al país”. Y en este punto parece estar descartada la carrera de Literatura.
Con todo, muchos poetas y escritores peruanos siguen exiliándose milagrosa y voluntariamente. Es verdad que muchas de las grandes figuras de las letras peruanas tuvieron que vivir en el exilio (César Vallejo, Manuel Scorza, etc.), y que otras escogieron voluntariamente esa opción (Julio Ramón Ribeyro, Jorge Eielson, etc.); pero todas ellas pudieron dar grandes frutos, que no vinieron de añadidura por el hecho de encontrarse en “el extranjero”, sino que tenían un valor y un peso universales en sí.
Yo no creo en milagros, pero tengo fe en que nuestros poetas y escritores idos regresen al Perú, no necesariamente en persona, pero por lo menos en libros publicados, o en fajas de manuscritos para publicar.
(En: Café con Letra, A4 de literatura, distribución gratuita, mil ejemplares, N° 5, octubre 2000, Lima, Perú)
A4 de literatura: Café con Letra N° 4
Lima, marzo 2000
A diferencia de los inicios del siglo que pasó, la letras en nuestra querida Lima, siglo XXI, no son actividad exclusiva de los grupos dominantes o de una clase política vinculada a la administración del país; el discurso literario no es una parte apenas diferenciada del discurso político oficial. Por ello, si bien es cierto que, aquí y ahora, la cultura en todas sus manifestaciones se desarrolla en los más diversos tonos sociopolíticos, es lamentable que, para el caso de la literatura, la presencia del verso patriotero simpatizante y el panfleto revolucionario opositor se repita y alcance espacios significativos.
Se sabe que a lo largo de la historia literaria de nuestro país hubo grandes figuras que combinaron muy bien sus actividades y pensamientos políticos con el discurso universal que ofrecían sus obras; César Vallejo y Javier Heraud, son un ejemplo. Sin embargo, es triste constatar que actualmente en nuestro pequeño mundo de las letras - prensa, universidad, centros culturales, cafés y bares literarios - consigan infiltrarse politiqueros disfrazados de poetas, de filósofos, de grandes pensadores. Nadie que viva en Lima ha podido dejar de respirar en las últimas semanas un mal olor de aire político que ha logrado colarse en algunos ambientes culturales de la ciudad: recitales poéticos contra la dictadura, literatura por la paz, poetas por la libertad, manifiestos por un país con futuro. Pero: ¿Cuál es la vara para medir la frontera entre arte y revolución? ¿A qué temperatura la fiebre política del artista se convierte en delirio? ¿Cuándo un poema-protesta se transforma en canto universal? ¿Es imprescindible en el arte apuntar a la búsqueda de una identidad política?
Tomando en cuenta que en nuestro medio no se puede hablar de crítica literaria sin abordar el tema político - a pesar de que muchos estudios se apoyan en la interpretación de la conducta de sus creadores frente al poder, antes que en las propias obras - tendré paciencia en esperar a que pasen los huracanes electorales para evaluar las obras sobrevivientes.
Imagen: Detalle cuadro "H.B P-A. con su hija Flora" (F. von Amerling, 1833).
A4 de literatura: Café con Letra N° 3
Lima, julio 1999
Sin embargo, y sin ánimo de justificar la piratería, pienso que es la propia falta de ediciones populares (libros de bolsillo, una especie de "pueblilibros", etc.) lo que alimenta en gran parte ese oscuro mercado paralelo.
Imaginemos, a propósito de la Feria Internacional del Libro de Lima (acontecimiento que busca alcanzar a los lectores las obras más significativas de las editoriales nacionales y extranjeras), otra Feria Internacional del Libro Pirata. En cuestiones de ventas, me imagino a la segunda todo un éxito: gente amontonada arranchándose ejemplares de los más reconocidos autores y de las últimas traducciones científicas al español. Y en cuestión de lectores: sería fácil pensar que nadie compre ediciones baratas para lucirlas en una biblioteca particular, ni como obsequio lujoso, sino para leerlas de verdad; por lo tanto, llegaríamos a estimar que la segunda feria superaría también con gran margen a la primera. En cuanto a los eventos paralelos al comercio: en la feria imaginada tampoco faltarían los recitales, conciertos, conferencias; aunque de hecho no habría algún puesto con autores dispuestos a autografiar ejemplares. Pero, ¿sería posible una Biblioteca Ambulante como parte de las actividades en ambas ferias?: imposible; las metas de ambos acontecimientos habrían de seguir apuntando siempre a la VENTA.
Visto de este modo, creo que la preocupación principal frente a la piratería debe centrarse en promover la LECTURA, sobre todo entre niños y jóvenes, para que, a la larga, todos - editores, consumidores, autores y lectores -, podamos cosechar los frutos que consigo arrastrará la cultura, por ejemplo: el afianzamiento de los valores, entre ellos, el respeto a la propiedad intelectual.
(Publicado en Café con Letra, A4 de literatura, distribución gratuita, mil ejemplares, N° 3, julio 1999 Lima, Perú)
Imagen: Detalle cuadro "Velleda" (Camille, 1640).
A4 de literatura: Café con Letra N° 2
Por otro lado, se puede decir que se ha tenido en dichos grupos a poetas reunidos, pero en muy pocos casos, por no decir en ninguno, a narradores. Y aunque es notoria esta peculiaridad, los motivos por los que en nuestros lares un género haya tenido mayor poder de convocatoria para dichos menesteres colectivos que otro, en este caso la poesía frente a la narrativa, parecen no haber llamado la atención de estudiosos o críticos todavía. Yo, al menos, no hallé siquiera hipótesis alguna.
No estoy muy segura de que a continuación estén todos los que son y sean todos los que están, o hayan sido o estado, pero no voy muy despistada si nombro a Hora Zero, Movimiento Katerba, Neón, Pan Integral, Grupo Neosurrealista, Línea Éter, Letra Viva, etc., entre la agrupaciones que se ocuparon de leer, discutir, recitar en eventos culturales y ferias en las últmas décadas. Hasta donde me enteré, no todas - o ninguna - han llegado a publicar alguna antología grupal. Tampoco sé de algún grupo que se reuniera para escribir. El oficio poético sigue siendo así una tarea solitaria. Mil y pico poetas enfrentando mil y pico papeles con mil y pico plumas a mil y pico horas distintas en mil y pico diferentes lugares.
Como quiera que sea, esperamos que esas energías coletivas que se liberan en el espacio, llámense temeridad-de-la-acción-en-masa, fuerza-de-la-confianza-colectiva, ternura-de-amigos, afición-masiva-hacia-algo, angustia-por-separación, aspiración-light, afán-de-moda, rigor-académico, pura-pose o porque-sí logren pulirse hasta que sólo quede lo que vale: la poesía.
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(Publicado en Café con Letra, A4 de literatura, distribución gratuita, mil ejemplares, N° 2, abril 1999 Lima. Perú)
Imagen: Detalle cuadro "La femme au bain" (Stevens, 1867).
A4 de literatura: Café con Letra N° 1
Decir que la tertulia literaria limeña está ligada sólo a los cafés y los bares, sería una exageración. Pero más exagerado aún es afirmar - como lo han hecho ya ciertos críticos - que el mundillo literario limeño actual está en relación directamente proporcional a una moda, a una pose, a lo light, al consumo de alcohol y drogas, a las trasnochadas callejeras y a las lecturas en recitales con un público que no es más que la collera de quienes ahí se presentan. Esta falsa visión de parte de observadores y observados pareciera desconocer toda formación académica y ridiculizar una especie de frontera movediza entre la realidad de los literatos peruanos y el arquetipo clásico de marginales que se atribuye a las gentes dedicadas a las letras.
No quiero desacreditar el lado romántico de la actividad literaria porque conozco sus orígenes y su formación a través de la historia. Sé que desde la antigüedad los griegos consideraban al poeta como un ser sagrado a través del cual los dioses se manifestaban, el poeta era un ser que actuaba fuera de sí y no contaba con la razón, sino que era guiado por la inspiración sobrehumana y divina. Los romanos conservaron esas ideas e invocaron también a las musas u otras deidades. Con el cristianismo de la Edad Media las musas fueron reemplazadas por personajes y símbolos cristianos, e incluso por el propio Cristo. También en el Siglo de Oro español se creía que la poesía era algo que venía del cielo. Luego en el Renacimiento surge la idea del poeta como genio, era él quien debía tener buen entendimiento y ser diestro en todas las artes. Más tarde en el Romanticismo se tomó la figura del poeta como hombre marginal y maldito. Es a partir de entonces que se originan otras corrientes del siglo XIX y XX, creyentes de las fuerzas irracionales y los dones extraordinarios de los llamados a escribir pese a la adversidad.
Aquí aceptaré esta recuento histórico sin olvidar que la preparación y la constancia son la base de la ocupación del escritor y del artista, así como esencial es la difusión de toda obra, ya sea en tertulias o en una cátedra, a través de entrevistas radiales o televisivas, por internet o en congresos, en libros o paskines, en revistas o A-cuatros (A4) como éste.
La consigna aquí es difundir guiados por la brújula de la propia sensibilidad estética. Decir ahora o callar para siempre.
(Publicado en Café con Letra, A4 de literatura, distribución gratuita, mil ejemplares, N° 1, nov 1998, Lima. Perú)
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Machotes del Boletín A4 de Literatura CAFÉ CON LETRA, nrs 1-5 (Lima, 1998-2000) |
Imagen: Detalle cuadro "Retrato de mujer" (Conte, sin fecha)
TRADUCCIÓN - Erich Fried
(Fragmento)
Para abrir una pregunta sobre la naturaleza del amor, por su complejidad o su sencillez, hace falta muchas veces sólo partir de lo aparentemente banal. Para el caso del poeta Erich Fried, cualquier pregunta sencilla por el amor se convierte en una profunda reflexión filosófica.
Erich Fried nació el 6 de mayo de 1921 en Viena. En sus años de juventud era ya un judío peseguido hasta que logró emigrar a Londres. Su primer poemario Alemania apareció en 1944 bajo el auspicio de una editora austriaca, en exilio. Luego de la guerra trabajó en innumerables periódicos y revistas, fue comentador político de un programa en lengua alemana de la BBC. Se hizo conocido por su traducción de Dylan Thomas Poemas (1958) y por su primera novela Una soldado y una muchacha (1960). A partir de 1963 integró el movimiento poético Grupo 47 junto a Günter Grass, Heinrich Böll, Paul Celan, entre otros. Su vida estuvo dedicada a una intensa actividad política de lucha contra las injusticias sociales, sin embargo, fueron sus poemarios Cien poemas sin patria (1977) y Poemas de amor (1979) los que le dieron prestigio internacional. La fama y los grandes premios le llegaron a los más de sesenta años y cuando ya estaba gravemente enfermo. Murió un 22 de noviembre de 1998 y fue enterrado en el Kensul Green de Londres.
Gran parte de su obra poética, esparcida en diarios y revistas, ha sido recuperada póstumamente. La selección de poemas presentados a continuación corresponden a la pequeña antología Setentaidos poemas de amor (1990).
Poema nocturno
Cubrirte
no con besos
sólo simplemente
con tu manta
(que se te
ha resbalado
del hombro)
para que tú
en tu sueño no pases frío.
Más tarde
cuando te
hayas despertado
cerrar la ventana
y abrazarte
y cubrirte
con besos
y
descubrirte.
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Lo que es
Es un absurdo
dice la razón
Es lo que es
dice el amor
Es la malaventura
dice el cálculo
No es más que el dolor
dice el miedo
Es desesperado
dice el discernimiento
Es lo que es
dice el amor
Es ridículo
dice el orgullo
Es imprudente
dice la cautela
Es imposible
dice la experiencia
Es lo que es
dice el amor
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Café con Letra, A4 de Literatura, nrº 5, octubre 2000, pág. 4 |
TRADUCCIÓN - Günter Grass 2
Primeros Poemas [Fragmento]
El laureado novelista Günter Grass (Premio Nobel 1999), integrante del Grupo 47 –asociación informal de escritores alemanes de la postguerra-, se ha desempeñado en diversos campos artíticos como la pintura, escultura, narrativa, dramaturgia y, con mayor gusto - según el propio autor - en la poesía. Su primer premio literario lo logró en un concurso de poesía en 1955, aunque alcanzó fama internacional con su primera novela Die Blechtrommel (1959), El tambor de hojalata. Su faceta de poeta no ha tenido mayor difusión debido a la escasez de traducciones.
He aquí una selección de textos correspondientes a una antología que reúne sus primeros poemas (Günter Grass: Gesammelte Gedichte, Darmstadt: Luchterhand, 1971, con prólogo de Heinrich Vormweg.)
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Felicidad
Un autobus vacío
irrumpe a través de la noche estrellada.
Quizás cante su chofer
y sea feliz así.
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Trombocitos
Pero sin ropas
y sólo presente en proporciones,
me das lástima.
Y yo intento trasplantar tu rodilla.
Tu cruz hueca me deja volverme pensativo.
No sé por qué eres tan horrible,
por qué mi vista no puede desviarse de ti,
hacia lo verde o tras el río,
que están hechos de naturaleza
y no tienen una clavícula.
Te amo
tanto como es posible.
Yo quiero, para tus trombocitos blancos
y rojos,
idearme un ballet.
Cuando el telón caiga
buscaré tu pulso y determinaré
si valió la pena el esfuerzo
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Estadio nocturno
Lentamente se eleva la pelota hasta el cielo.
Entonces se ve que las tribunas están ocupadas.
Solitario el poeta está de pie en el arco,
Pero el árbrito pitea: outside.
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Publicado en Aspermia, nr.5, (Fanzine de literatura), Huaraz, enero 2001; pág.10
La poesía última de Wáshington Delgado
A pesar del silencio que yace tras la partida del insigne catedrático y poeta Wáshington Delgado (Perú, 1927 – 2003), nos queda el consuelo de comprobar que su voz lírica no se ha apagado, pues logró salir a luz, a fines de setiembre último, un poemario suyo parcialmente inédito, que – ironías el destino – se convirtió en una celebración póstuma. Se trata de su único libro editado en España, con el título Cuán impunemente se está uno muerto; estructurado en dos partes: “Traslado de restos” y “Hombre a pie”. La edición se llevó a cabo bajo el auspicio de la revista La Poesía, señor Hidalgo, que se edita en Tarragona, y estuvo al cuidado de otro gran poeta, Juan González Soto, quien además se encargó del prólogo “La serana claridad en un mundo alarmante”.
Algunos meses antes de ser publicados, como un bálsamo de sabiduría desde la distancia, me llegarían hasta Múnich tres hermosos poemas que el gran maestro me enviara de su cosecha - escritos en noviembre 2000 en su casa de Miraflores, donde siempre recibía a sus amigos con generosidad y cariño -, y que nunca imaginé serían sus últimas lecciones en vida de esa poesía alta y suave como fue la suya: Caracol en el tiempo, Whisky en el Paraíso e Iremos a Lisboa.
Iremos a Lisboa
Iremos a Lisboa
a comer sardinas y beber vino verde,
es un ideal como cualquier otro.
Subiremos a la manuelina
Torre do Belem
para contemplar la ciudad
al borde del mar.
Nos abriremos a la melancolía
de los fados que cantan
o quisieran cantar las provincianas (sic)
muchachas de servicio.
Recibiremos un baño de vida
en los cabarés del puerto
donde se escuchan canciones angoleñas
hechas de luz y color, puras
como primaverales deseos.
Viajaremos a Coimbra
para mojarnos en la sombra
y en la sabiduría
de su vieja universidad.
Respiraremos sin tregua
el paisaje rural
y el olor de los vinos
en Tras os Montes.
Iremos a tierras portuguesas
o a cualquier otro sitio
que nos levante un ideal en el alma,
el de comer sardinas, por ejemplo,
y beber vino verde.
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Imagen: Carátula de Cuán impunemente se está uno muerto.
NOTA DE PRENSA Múnich, 07.Oct.2003
TRADUCCIÓN - Günter Grass
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Cover de la edición oct-2000 |
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Café con Letra, A4 de Literatura, nº 4, marzo 2000; pág.4 |
Apuntes de Onomástica
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Este artículo, publicado en 2004, fue ampliado y actualizado en el Boletín de la Academia Peruana de la Lengua nr. 49 (2010), pp.135-147.
"El corazón de Voltaire"
El corazón de Voltaire resulta atrayente desde el principio hasta el final porque mantiene una línea continua de supenso que no decae. El autor juega con las diferentes variedades del discurso epistolar electrónico, que gracias a mantener un marcado carácter de oralidad concede dinamismo, riqueza y amenidad a la historia. Se cartean personas de diferente nivel social e intelectual, tanto a nivel oficial como informal (un presidente de la república, sus ministros, secretarios, embajadores, profesores, obispos, abades, un peluquero, secretarios, parientes, amigos, colegas, etc.). Contrapone a esto la presentación de las cartas de siglos anteriores entre Voltaire y Tarneville. También utiliza técnicas sutiles para recordarle al lector muy amenamente datos biográficos sobre Voltaire, así como de Gustavo de Tarneville. La novela presenta a su vez un espejo de la red de parientes, amigos o colegas situados en la élite política e intelectual francesa que se apoyan y logran vencer de alguna manera barreras burocráticas cuando de la solución de un problema crucial se trata, lo cual no obstante pueda resultar un arma de doble filo, como se demuestra hacia el desenlace final de la novela. Le dan el toque de suspenso y misterio los episodios y detalles a lo novela negra, como el hacer perseguir a un personaje por la FBI, hacer un corte en la pasta del libro del conde de Vire y extraer clandestinamente ciertos documentos, las investigaciones de la iglesia, etc.
Múnich, mayo 2006
TRADUCCIÓN - Helmut Heissenbüttel
Naturalmente todos han sabido algo; uno, esto y, el otro, aquello; pero nadie algo más que aquello, y alguien se hubiese tenido que cuestionar más todavía si lo hubiese podido, pero fue difícil, pues cada quien, siempre desde esa o desde la otra posición, alcanzo sólo a oír esto o lo otro. Hoy lo saben todos porque todos lo saben, pero ya no sirve de nada porque todos lo saben. Hoy ya no significa nada más de lo que pudo en ese entonces haber significado, cuando todos alcanzaban a escuchar no todo, sino sólo esto o lo otro.
Algunos han sabido naturalmente algo más, esos fueron los que se declararon dispuestos a colaborar, y los que, en cuanto lo hicieron, colaboraron también, cuando ayudaron a que se hicieran copartícipes a otros, con violencia o con promesas, pues quien ayudó, naturalmente tuvo también que saber algo; se pudo ciertamente mantenerlo en secreto delante de todos, pero no delante de absolutamente todos.
Y luego hubo también naturalmente de aquellos que supieron un montón, la mediana cuadrilla, quienes desde uno u otro sector tuvieron algo que decir. Ahí ellos sólo pudieron administrar un poco de lo que estuvo organizado, se les dio a conocer ciertas particularidades, habrían podido tal vez sacar sus propias conclusiones de todo el asunto, o tal vez hasta lo hicieron, pero no se atrevieron, y sobre todo les faltó algo, y eso fue el punto decisivo que hubiesen tenido que saber si ellos realmente etc.
Los de allá arriba supieron naturalmente la mayor parte, también entre ellos mismos, pues si no hubiesen sabido nada de ellos mismos, no lo hubiesen podido hacer y no hubiese resultado bien nada, ya que algo así debe funcionar, y donde alguien o algo no funcionó, entonces se le despidió, como ya se había mostrado inmediatamente después del principio y, más claramente aun, hacia el final, etc.
Y naturalmente supieron uno cuantos, que casi sabían todo, también ya casi todo, y cómo funcionaba, y cómo de la complicidad se creaban los cómplices; y de los cómplices, los coejutores; de los coejutores, los corruptos; y de los corruptos, los criminales; etc. Pues los que casi todo lo supieron fueron tan poderosos que podían casi hacer todo, incluso volver coejutores a los cómplices, corruptos a los coejutores, y criminales a los corruptos, etc. Ellos ya lo sabían, y por haber sabido tuvieron que seguir la corriente. Pues esa era su oportunidad, etc., y por que se puede decir que ellos ya lo sabían, hoy se dice con frecuencia que ellos fueron los de eso, pero esto, esto no es cierto del todo, pues ellos no sabían si eso también funcionaba y aquello.
Puesto que eso lo ha sabido naturalmente un único, pero si él supo que aquel punto impulsador, por así decirlo, también funcionó, y que porque funcionó, también sucedió; y exactamente así ha sucedido también, etc. Eso otro, lo que todos supieron, no lo supo él naturalmente, pues él no pudo saberlo. Él no había tenido siquiera idea de aquello que todos pensaron y reflexionaron, etc. Pero justo de eso dependió finalmente que todo funcionara: que todos supieran algo, pero sólo un único supiera si eso funcionaba, pero no, que sólo funciono por eso, porque él no supo lo que todos sabían, etc.
Los que supieron algo más, no pudieron hacer nada sin los que sabían algo más; los que supieron un montón no pudieron hacer nada sin los que sabían algo más; los que supieron casi todo no pudieron hacer nada sin los que ya sabían un montón, etc. Pero ya que todos, incluso ese único, no supieron si eso realmente también funcionaba, no pudieron hacer nada sin ése que ya sabía que eso funcionaba, pero que no supo lo que todos sabían, a saber: que ellos no sabían si eso funcionaba también, y así funcionó.
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Publicado en el fanzine literario
IXTLÁN Poesía - Cuento - Alucinaciones, Lima, invierno 2000, pág 8.