Una fuente, un museo, varios café-teatros y otros recuerdos callejeros para KARL VALENTIN.
Una de las figuras artísticas con mayor número de monumentos y recuerdos en la ciudad de Múnich es su comediante, cabaretista, cultor de música popular y productor fílmico, Karl Valentin (1882 - 1948). A él se le atribuyen los títulos de 'creador del cine mudo' y 'precursor del teatro del absurdo'. Y es que se trata de una figura singular que supo combinar muy bien el buen tino, la profunda reflexión filosófica y el humor en sus cortas piezas teatrales para hacer las más agudas críticas políticas ante la sociedad alemana de su tiempo, allá por la primera mitad del siglo XX. La falta de difusión internacional de su obra se ha debido hasta hoy a la dificultad de traducción de sus piezas teatrales y sketchs humorísticos, basados todos en juegos de lenguaje, que también en la mayor parte de los casos fueron creados en un alemán con marcado acento bávaro, con léxico y otros giros lingüísticos de dicho dialecto muniqués.
Actualmente, en una de las cuatro torres de lo que fuera la muralla medieval de la ciudad de Múnich, llamada Torre del Isar, "Isartor", se levanta el Museo de Karl Valentin, más conocido como "de las curiosidades", pues resulta un encuentro con la gracia de las instalaciones artísticas más absurdas, representada en instrumentos y accesorios peculiares que el artista utilizó sobre las tablas, u objetos que hacen referencia a su biografía, como el caso del famoso clavo en la pared, donde se dice que Karl Valentin colgó su oficio de carpintero para dedicarse al arte escénico. En el mismo museo hay un Café de Antigüedades, donde se llevan a cabo con cierta regularidad presentaciones de algunos sketchs del famoso comediante, como se realiza también en más de un café-teatro de la ciudad.
Actualmente, en una de las cuatro torres de lo que fuera la muralla medieval de la ciudad de Múnich, llamada Torre del Isar, "Isartor", se levanta el Museo de Karl Valentin, más conocido como "de las curiosidades", pues resulta un encuentro con la gracia de las instalaciones artísticas más absurdas, representada en instrumentos y accesorios peculiares que el artista utilizó sobre las tablas, u objetos que hacen referencia a su biografía, como el caso del famoso clavo en la pared, donde se dice que Karl Valentin colgó su oficio de carpintero para dedicarse al arte escénico. En el mismo museo hay un Café de Antigüedades, donde se llevan a cabo con cierta regularidad presentaciones de algunos sketchs del famoso comediante, como se realiza también en más de un café-teatro de la ciudad.
El monumento más representativo que celebra el recuerdo de Karl Valentin es la estatua erigida sobre una fuente de agua ubicada en pleno Mercado central, o "Viktualienmarkt", que transporta a los pasantes a alguna pieza, a algún chiste, a algún monólogo o soliloquio, o a un fragmento de ellos, como estos versos del monólogo "O Tannenbaum oder So lang da drunt am Platzl" (en torno al año 1916):
"Am Münchner Viktualienmarkt,
's ist wirklich zu bedauern,
Da war ein Eierhändlerin,
Auch eine von den schlauern.
10 kosten heut' 3 Mark,
Euch Stadtleut' werd' ich fanga;
Denn für mei' War' kann i, Gott sei Dank,
jetzt was i mag verlanga."
(De: "Klagelied einer Wirtshaussemmel. Monologe und Soloszenen", München, Piper Verlag, 2007, p.48),
's ist wirklich zu bedauern,
Da war ein Eierhändlerin,
Auch eine von den schlauern.
10 kosten heut' 3 Mark,
Euch Stadtleut' werd' ich fanga;
Denn für mei' War' kann i, Gott sei Dank,
jetzt was i mag verlanga."
(De: "Klagelied einer Wirtshaussemmel. Monologe und Soloszenen", München, Piper Verlag, 2007, p.48),
que dicen más o menos así:
"En el mercado muniqués Viktualienmarkt,
es realmente para lamentarse,
había ahí una vendedora de huevos,
también una de las bien espabiladas.
Diez llévate hoy por 3 marcos,
gente citadina, te voy a atrapar:
pues por mis productos puedo, gracias a Dios
cobrar ahora lo que se me antoje".
(De: Canción quejumbrosa de un pan de taberna. Monólogos y Solos)
es realmente para lamentarse,
había ahí una vendedora de huevos,
también una de las bien espabiladas.
Diez llévate hoy por 3 marcos,
gente citadina, te voy a atrapar:
pues por mis productos puedo, gracias a Dios
cobrar ahora lo que se me antoje".
(De: Canción quejumbrosa de un pan de taberna. Monólogos y Solos)