Releyendo a Hans Magnus Enzensberger:
la suerte, la fortuna, la casualidad
Las maneras de recibir el Año Nuevo son diversas en el mundo y no sólo dependen de las costumbres de las diferentes culturas, sino de factores como la religión, la edad, el sexo, etc. Lo que es común a todas las celebraciones es la puesta en marcha de prácticas sociales con matices personales e individualísimos que buscan atraer la buena suerte, las vibras positivas, la energía fructífera hacia el futuro camino de cada quien. No son pocos los que se aventuran en las más inusitadas ejecuciones de rituales, supersticiones, preceptos, ayudados de oráculos, amuletos, conjuros, etc., en el lugar y momento convenientes, para que las estrellas se pongan a su favor. Los familiares, los amigos y los colegas se esfuerzan en enviarse saludos cargados con deseos de buena suerte para el año que se aproxima.
Sobre la historia de los conceptos relacionados con todas aquellas prácticas que se ha inventado el ser humano para poder aceptar los cambios impredecibles de su existencia, a través de las más diversas técnicas, trata el libro – aún no traducido al español – del poeta Hans Magnus Enzensberger, Fortuna und Kalkül. Zwei mathematische Belustigungen[1] (Ed. Suhrkamp, 2009). En este ameno ensayo su autor presenta en forma divertida y clara los vaivenes de las reflexiones científicas a lo largo de la historia de la Humanidad en torno a la suerte, la fortuna, la casualidad, el cálculo, la probabilidad, la predicción. Al parecer todo comenzó cuando la Modernidad ya no se dio por satisfecha con los métodos antiguos para atraer ventajas a la existencia humana. Fue el pensamiento científico el que decidió desterrar la superstición para que en su lugar apareciera el cálculo, una noción que no era otra cosa que la racionalización de la suerte, aunque ya no se debiera hablar más de ella, sino de su consabida categoría: la casualidad.
Las reflexiones desarrolladas por Enzensberger se apoyan en su asombro ante el hecho de que, según él, la mayoría de las personas no tiene idea de en cuánta medida tanto sus vidas cotidianas como su comprensión del mundo dependen de los logros de una serie de científicos, cuyos nombres muchos jamás han oído siquiera mencionar. Y es que precisamente esa historia sobre las teorías matemáticas – que el poeta alemán recapitula tan entretenidamente – es la que podría ayudar a comprender que en el fondo lo que han querido las ciencias es simplemente garantizar la existencia de la seguridad y la suerte.
¡Buena suerte para el 2012!, o mejor dicho: ¡Que en el 2012 la casualidad se ponga del lado oportuno!
[1] Fortuna y cálculo. Dos entretenimientos matemáticos. Hans Magnus Enzensberger (Kaufbeuren, Alemania - 1929) vive como poeta, escritor y traductor en Múnich. Una de sus últimas publicaciones: el poemario Rebus (2009).
Imagen: El hijo más joven de Zeus: Kairos (‘el momento justo’).