Quienes fuimos alguna vez estudiantes suyos en la Universidad Ludovico y Maximiliano de Múnich allá por los comienzos de este milenio, lo conocimos cuando Javier se acercaba —solo oficialmente y en teoría, pues nunca cesó en la práctica— a sus últimos años profesionales antes de su jubilación. En ese entonces el entusiasmo del que parecía ignorar muchas cosas iban en él de la mano con la humildad del crack que lo conoce todo. Tal vez érase ahí de donde emanaba ese espíritu tan jovial y contagiante que supo inspirar e impulsar en sus estudiantes, a saber, un estilo de vida algo sui géneris: el del hispanista que no se queda en las elucubraciones, sino que da el gran salto loco a la 'acción artística'; el de quien no se estanca en la reflexión crítica sino que se atreve a probar la expresión estética en carne propia, para saber de lo que se está hablando. Para Javier, la cultura, el cine, las letras, el teatro, eran entes vivos, cuyo consumo y producción, nos decía, podrían estar en nuestras manos, como estudiantes que éramos, de literatura, lingüística y ciencias culturales.
Fue de esa manera como Javier impulsó la formación del grupo de teatro Yerbabuena hacia el verano de 2001, con alumnos del Instituto de Romanística de la LMU, con el que llegamos a poner algunas piezas en representaciones de fin de semestre o sketchs cortos por las celebraciones navideñas.
Flyer - SS 2002 |
Cover del programa de mano - SS 2003 |
Casi veinte años después, es decir, hasta hace muy poco, quienes fuimos sus alumni, y vivimos en esta ciudad de Múnich, continuamos coincidiendo con Javier en los teatros de Schwabing, en lecturas poéticas y tertulias literarias, en presentaciones de libros, en festivales de cine, siempre dispuesto él a un "après", o sea, a un intercambio de opiniones críticas después de los eventos.
¡Gracias por todo, Javier! Quienes te apreciamos y pudimos tener la suerte de aprender tanto contigo, tenemos la seguridad de que te vas con la frente en alto, tal vez repitiendo esos versos de Amado Nervo: ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz! Así sea.
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