La poeta de los collages en el Festival de
Literatura Múnich 2014.
Con las más de 500 taquillas agotadas
hacía más de una semana antes y con el auditorio lleno, la velada literaria se
llevó a cabo bajo la conducción de Sigrid Löffler, crítico literaria, quien en
conversación con la escritora logró desentrañar con sus preguntas algo más
sobre las circunstancias y las emociones que marcaron los diferentes pasajes
que conforman el cuerpo del mencionado libro, de un género que se acerca a la
literatura testimonial. Y es que
el libro está basado en una serie de preguntas planteadas por su editora,
Angelica Klammer a la laureada escritora, quien así va contando su vida desde
su infancia en Rumania, hasta cuando se convierte en la receptora del Premio
Nobel de Literatura. El libro está
dividido en diez capítulos, a la cabeza de cuyo índice se indica que las
conversaciones fueron llevadas a cabo entre diciembre de 2013 y enero de 2014
en Berlín, --ciudad en la que reside Müller--; habiendo sido insertados además
pasajes centrales sobre la novela Atemschaukel
de una conversación, que se realizó en agosto de 2009 en Berlín bajo el título
"Wie lange bleibt man eitel?", aparecido en el número 4 de la revista
literaria Volltext. Zeitschrift für Literatur, en el
2009.
Entre los detalles que destacaron del
testimonio autobiográfico que hizo la autora, y la lectura de un fragmento
significativo de su libro, estuvieron algunos pasajes sobre su infancia y el
recuento de cómo se acercó a los libros y a la literatura por su propia cuenta,
así como sobre los conflictos que le acarreó la dictadura rumana.
Por otro lado, gran parte de la velada la
dedicó Herta Müller a dar testimonio de su afición por los juegos de palabras,
de las sensaciones bien diferenciadas que le producían acercarse a las cosas
del mundo, bien a través de la lengua alemana, o a través de la lengua rumana:
"En rumano hay palabras que para mí tienen un acercamiento más estrecho
que en alemán a la realidad que significan. Lo mismo con ciertos sentimientos.
Por ejemplo, si en alemán uno quiere ser frívolo con el lenguaje, el idioma no
te lo permite y sale algo ordinario".
Müller también contó de su afición a
recortar palabras de periódicos y revistas para con ellas formar nuevos textos,
pegándolas sobre un cartón, y logrando verdaderos poemas. Leyó por ello uno de
los textos de sus famosos collages, precisando ---a manera de declaración de un
arte poética muy personal--- que sus collages poéticos no eran meras
asociaciones surrealistas de palabras salpicadas, sino uniones que en algún
momento alcanzaban un punto en que producían otro texto que parecía bien
pensado. Las fotografías de dichos collages están reunidos en diversos libros,
entre los que destaca Vater telefoniert
mit den Fliegen (2012), y también se ofrecen como cuadros de aprox. 150 x 107
cm, en edición limitada y autografiados, por un precio alrededor de los 800
euros.