Mentalidad colonial actual: saber es 'haber'
A pesar de los tiempos que corren, cuando cada vez son más los archivos digitales de incunables que las bibliotecas más grandes del mundo ponen a disposición de todos en la red, no deja de sorprender el poco interés de los estudiosos peruanistas en dar un salto significativo en ese sentido. Entre la comunidad académica peruanista aún parece persistir la actitud de creer firmemente no sólo en eso de que saber es poder, sino que se ha alcanzado un fanatismo coleccionista del que cree que poseer ’saber’ es tener en su haber la más grande cantidad de fotocopias de originales de incunables y libros de anticuario, así como de documentos escaneados de manuscritos coloniales, obtenidos de bibliotecas o archivo mundiales para uso restringido.
Si bien la reproducción digital de documentos coloniales no niega ni pretende reemplazar la labor paleográficain situ, sino complementarla, o incluso incentivarla, lo cierto es que el gran problema en la discusión sobre las versiones de textos coloniales peruanos asequibles en la red va en otra dirección: tiene que ver no tanto con el Privilegio o los derechos de autor (copyright) –pues en su mayoría esos libros serían en principio de dominio público– sino con la pertenencia y ubicación de los ejemplares en tal o cual institución, pública o privada, o persona particular. De otro lado, colgar en la red incunables coloniales, o libros raros, impresos en el Perú de los siglos XVI, XVII y hasta XVIII, supone un costo que quizás muchas instituciones nacionales –archivos, conventos, bibliotecas peruanos– no estén en capacidad –y no tanto, en voluntad– de cubrir. Pese a esta zona gris, si todo aquello fuera una barrera realmente infranqueable, no existirían ciertas pocas páginas no comerciales, como http://www.idolatrica.com/.
Por todo ello, no sería mala idea que las autoridades intelectuales y políticas del Perú lleven a cabo un plan lector Digital colonial –pero en serio–, es decir, una especie de proyecto a gran escala que materialice el acceso a las fuentes primarias y primeras del pasado peruano de una forma acorde con los tiempos, es decir, de una manera democrática e inclusiva, vía Internet. Mientras mayor número de personas y estudiosos tengan acceso a esas lecturas, mayor será la posibilidad de debate, a todo nivel, pues la esencia del saber radica en su efecto multiplicatorio. Así, los endiosados intelectuales que vengan con sus misteriosas fotocopias bajo el brazo y hablen de cosas que nadie conoce, tendrán que abrir el ruedo para dar paso a una discusión de más voces con autoridad.
La Biblioteca Nacional del Perú tiene un número muy reducido de obras coloniales en su portal digital; del mismo modo, falta todavía que den el gran paso los archivos de conventos, y otras instituciones peruanas (el Archivo General de la Nación, el Arzobispal, bibliotecas universitarias, etc.).
Ojalá que así como se ‘recuperaron’ las piezas prehispánicas de Yale, se conserven para la posteridad en un portal digital peruano ciertas piezas coloniales a las que deberíamos tener acceso todos y que se encuentran en haber (es decir, en el ‘poder’) de particulares. Pienso en el Arte de la lengua Yunga [Lima: 1644], por mencionar sólo un ejemplo que haga referencia a las imágenes que acompañan este texto.
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Publicado en el blog LETRAS MULERAS (http://ofeliah.lamula.pe/).